18 mayo, 2006

Verdad.

Tengo un lado de la cara quemado por tu luz.
El otro castigado por tu olvido.
Finalmente pude tirarme en la arena después de intentar seguirte el paso.

Que corra la brisa y me alivie.
Que calme la arena su tempestad y me conforte.
Que caiga la noche y me arrope.
Que mi espíritu se pierda y mi mente descanse.

Que tus pasos sigan de largo.
Que me olvides, que me dejes justo donde estoy.
Yo encontraré el camino de regreso
o a otro lugar.

Que si decides regresar por mí
y animarme a seguir la carrera,
no encuentras más que la huella
de mi cuerpo que estuvo tendido en ése lugar.

Que tu nombre se desvanezca en el olvido,
que tu rostro se desfigure en el rencor de un momento.
Que no quede un recuerdo, una intención, un pensamiento.
Que no quede nada que me diga que mi cansancio fué por tí,
por alcanzar tu tiempo, tu amor y tu desprecio.

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