Hoy hace exactamente una semana fué el maravilloso concierto del Dream Theater y yo lo disfruté como chiquito.
El Tour con el que oficialmente vinieron a México se llama Progressive Nation y es en realidad un festival de rock progresivo en el que viajan Dream Theater, Between the Buried and Me, Opeth y Three.
Aquí a México solo viajarían DT y Between the Buried and Me y mi principal miedo era que con la tónica del nuevo festival/tour viviéramos un concierto más experimental, que es lo que están presentando en el resto del mundo.
Mi miedo desapareció cuando entramos al Auditorio Nacional y vimos el escenario preparado para el show del último tour Chaos in Motion que presentó su último disco, Systematic Chaos.
Escuchamos algo así como 30 minutos de Between the Buried and Me que abrió el concierto con éxito y un muy buen recibimiento de quienes esperabamos al Dream. La emoción se comenzó a sentir cuando se despidieron y empezamos a ver y escuchar a los roadies probar guitarras y tambores.
En la parte superior central del escenario colgaba un semáforo (como el de la portada del álbum) en rojo que pronto cambió a ambar y escuchamos una especie de obertura peliculesca con luces e imágenes propias del álbum avisando que James Labrie, John Petrucci, Mike Portnoy, John Myung y Jordan Rudess estaban por llegar. Semáforo a verde y entonces escuchamos el primer riff de Constant Motion.
Este fue mi primer concierto en vivo de DT en quince años de seguirlos incansablemente y me asombró la dinámica de la audiencia. No es un concierto de metal común en el que todo mundo brinca y se deshace en el headbanging. Por supuesto que brincamos y quienes tienen pelo lo agitaron de abajo a arriba buena parte del tiempo, pero otra buena parte simplemente nos quedamos estáticos, absortos en la ejecución de estos cinco virtuosos. A ratos es un concierto de metal desenfrenado y a ratos parece más un recital de Jazz.
Yo no puedo describir la emoción de ver en vivo a John Petrucci ejecutar sus interminables solos a escasos metros de nosotros y a Jordan Rudess hacer lo unísonos con él usando su tecladito portátil.
El concierto duró alrededor de tres horas y aunque todos queríamos más, quedamos bastante satisfechos.
Mención honorífica merecen las animaciones que vimos en pantalla. La mejor de ellas durante Dark Eternal Night que nos enseño el lado guerrero de los dream, que se autonombran el North American Dream Squad en la caricatura y que con fuego y poderes especiales saliendo de sus instrumentos acabaron con un monstruo extraños como hombre lobo que intentaba destruirlos.
En fin, valió la pena la espera. Valió la pena pegarme a la computadora hace dos meses para ser de los primeros en comprar buenos lugares y valió la pena la escapada de la oficina.
Es definitivamente uno de los mejores conciertos a los que he asistido. Por lo menos es uno de los que yo más he disfrutado y ansío ir a varios más.
Si checan la reseña de Mario, en la foto que postea estoy yo. Calculen la cuarta fila después del bonchecito de privilegiados desconocidos pegados al escenario y el bulto blanco más grande, ¡soy yo!
Y por favor no se pierdan la nueva faceta de Petrucci como modelo de Sedal que Plaqueta ingeniosamente le encontró.
Aquí les dejo el video de Forsaken que es genial:
1 comentarios:
Chida reseña. Dream Theater LEY
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