13 febrero, 2006

Mi respuesta.

De verdad estoy encabronado, contrariado, enmuinado. En medio de la confusión emocional que domina mi mente y mi corazón desde hace días, un buen amigo envía un correo electrónico para invitarnos a un retiro espiritual. Eso no tiene nada de reprensible, al contrario, se agradece la intención de "encaminarnos" por la buena senda.

Lo que si me sacó de mis casillas fué el argumento del cierre de dicha comunicación electrónica que, palabras más palabras menos, se asombraba y se indignaba diciendo: Cómo es posible que haya quien haga filas de horas o días para conseguir un boleto de U2 y no seamos capaces de dedicarle a JESÚS un fin de semana al año?? A el que TODO nos da? y remata diciendo: JESUS te espera con los brazos abiertos... Cual va a ser tu respuesta?.

Así que he aquí mi respuesta al auditorio: Me parece ocioso, prolijo y sumamente incongruente asistir a un retiro espiritual para lograr un impulso de amor cristiano un par de días y después tirarlo a la basura ante la imposibilidad y el absurdo de ir por la vida gritando a judíos, mahometanos y cualquier humano que encontremos en la diversidad ¡Cristo te ama hermano! como si eso nos ganara el reino de los cielos.

No sólo creo, sino estoy seguro que el mejor retiro y la mejor prueba de amor a Dios que podemos rendirle es la de levantarnos cada maldito día temprano, ir a trabajar, dar el 110% en la chamba, respetar la dignidad de cada persona que nos topamos, ayudar al que no puede o al que puede poco, salir de la chamba con todos los pendientes del día satisfechos, amar, cuidar y respetar a cada persona que nos sotiene y nos sonríe y, finalmente dormir seguros de que hoy hicimos las cosas bien y por el bien de los demás.

Sin embargo en un retiro espiritual, que sólo sirve para el regocijo de quienes sólo encuentran en la predicación verborréica la tranquilidad de conciencia, me saca del mundo real por tres días. Tres días en los que pude haber sido mucho más útil a la sociedad y a Dios trabajando y haciendo ese esfuerzo extra por ser una persona de beneficios y no de perjuicios.

Perdón, pero me encuentro más productivo junto a los seres humanos sufriendo y ríendo con ellos que encerrado cantando y repitiendo oraciones hasta el hartazgo o dejando a unos cuantos destruir mi autoestima en minutos para luego venderme la única solución: el amor de Jesús. Como yo lo veo, én realidad la única forma de alejarnos del amor de Jesús es hacernos pensar que, no importan cuánto hagamos, no somo dignos de él (como lo hacen en ese tipo de eventos).

Y finalmente, sí, prefiero pasar horas haciendo fila para comprar mis boletos de U2. Eso me hace feliz, me divierte y me hace escaparme un poco de los insignificantes pero tediosos problemas cotidianos. Me da fuerza para seguir otro día actuando y no hablando.

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