15 abril, 2008

¡Lero, Lero!

Finalmente, el Congreso sesionó en diferentes salones a los acostumbrados. En la Cámara de Senadores lo hicieron en un edificio ubicado en la calle de Donceles, en el Centro Histórico del D.F. y en la Cámara de Diputados se trasladó al edificio "E" del mismo palacio legislativo de Sán Lázaro mientras los diputados del PRD, PT y Convergencia se entretuvieron ondeando banderitas y bailando cumbias allá en la tribuna.

El sentimiento no puede evitarse. El mensaje es claro: "una minoría de la minoría no va a detener el trabajo del Poder Legislativo". De pronto, al momento de las sesiones, la "clausura" de las tribunas perdió su propósito, que era paralizar el trabajo legislativo.

No es un episodio para presumir pero sin duda será un punto de partida para el PRD desde el que tendrá que reflexionar si continúan ellos mismos secuestrados por la sinrazón de un hombre obsesionado con su propia voz a costa de lo que sea o si quieren ser una izquierda responsable, respetable y que participe de las soluciones del país en lugar de oponerse, otra vez, por sistema. Porque lo que el Peje ejerce no es izquierda es golpismo.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Manuel,
Mi buen amigo, considero un poco desatinado tu comentario, pues si bien es cierto que el PRD (o un ala, tribu o grupo) se ha radicalizado, también es cierto que el Gobierno Federal erro completamente en la forma como negoció y presento su iniciativa de Reforma a Pemex y no al sector energético. Cabría entonces la reflexión de quién debe reconsiderar su proceder, si la minoría de la minoría, o el Partido en el Poder, pues teniendo todo un aparato institucional para funcionar y ser efectivo, solo ha dado oxígeno a un líder identificado (pues siempre ha sido su discurso) con aquellos que no tienen nada y están dispuestos a perder todo.
Saludos,
Abraham Becerra