25 octubre, 2005

¿En qué terminó la lucha? (Refrito del 15 de Abril)

Éste creo que se explica solito, así que me ahorraré la introducción. Es del 15 de Abril y creo que tiene toda mi víscera embarrada. En fin.
El otro día alguien me exigió una conclusión la historia que comienza con la primer entrada de este blog "Aborrecibles sindicatos".

Bueno, me gustaría escribir algo diferente pero al final de cuentas estamos en mi querido país así que la respuesta es que ellos ganaron.
Que quede asentado que escribo con la viscera. No encontrarán aquí conclusiones ni análisis sesudos.

Total, un tipo que ni siquiera se tomó la molestia de estudiar preparatoria, decidió sobre mi futuro periodístico. ¿Porque lo hizo? Porque puede. Porque en este país, las organizaciones corporativistas han tomado como pretexto las conquistas y las luchas laborales para controlar, amedrentar e impedir a la gente que se oponga un poquito a su establishment a desarrollarse libremente en este país.

Me pongo idealista y perdon, pero tengo derecho. La constitución de mi país, la Constitución Mexicana nos otorga a todos el derecho de ejercer la profesión y oficio que se nos dé la gana. Para eso somos mexicanos. Para eso pasamos años de nuestra vida haciendo el juramento a la bandera, cantando el himno nacional y, en mi caso, llevando el lábaro patrio al centro de las canchas asfaltadas de basquetbol cada lunes a pesar del calor y la falta de energías.
¿Que caso tiene entonces ser parte del pueblo que devora a la serpiente si las serpientes estan devorando al pueblo?

No estoy en contra de la defensa de los derechos de los trabajadores. Pero creo que no es un derecho de ningún trabajador el bloquear de la manera más descarada y estúpida el desarrollo profesional de alguien más.

Después de un mes y medio de humillarme ante el tipo más patético que he conocido de político, su única respuesta fué "no es posible". Uno, ingenuo, cree que la palabra lo puede todo y que los cerebros medianamente funcionales son capaces de negociar. El otro tipo de cerebros sólo se limita a decir "con gusto te escucho, pero de antemano mi respuesta es no".

Bueno, uno nunca pierde la esperanza de vivir en un país de leyes. Resulta que nuestras autoridades "revolucionarias" y nuestros empresarios agachones han permitido la existencia de contratos colectivos de trabajo donde le dan a estas organizaciones gangsteriles la facultad de autorizar o rechazar a cualquier persona que pretenda tomar un trabajo en cualquier estación de radio o televisión del país afiliada a ese bonche de gente sin preparación, educación o responsabilidad.

Así que el "hombre" este, con la facultad que le da dirigir a esa organización me impidió regresar a ejercer el periodismo en radio. No se exactamente cual sea su miedo y hoy pcoo me interesa. Gracias a Dios fuí a la escuela y no requiero echar mano de tácticas propias de la mafia de poca monta para tener una forma de vida decente.

Por su parte, entiendo que esta gente requiere amedrentar y pisotear los derechos de la gente para garantizar el respeto de los cientos de rehenes que mantienen dentro de su clan y que representan los pequeños bolsillos a los que meten la mano constantemente para poder financiar las escapadas regulares con las amantes y nuevas novias.

De nuevo digo que lo que están leyendo es sólo mi viscera. Nada de lo que digo es mentira, pero es víscera a final de cuentas.

En fin, lo único que le deseo a este señor ya entradito en edad es suerte. Digo, se necesita suerte y mucho nervio para poder vivir sin dignidad. Es que para ser capaz de pisar la de tantos seres humanos para ganar unos pesos, se requiere haber perdido la propia.

Por cierto, acaba de renovar a su dirigente local. Misma escuela, misma sonrisa ejercitada. Mucha fiesta, muchos halagos. Pero también muchos pendientes.

Estamos pendientes entonces.

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