Hoy definitivamente es un día de maravillosas noticias.
Por un lado, el gran viejo, mi abuelo, recibió hoy otro cateterismo debido a que el stend anterior que le habían colocado en una de las arterias del corazón se tapó. No hace ni dos meses que se lo colocaron. El Colmo. Sólo espero que el aparatejo ese tenga garantía y le hayan hecho un super descuento basado en las políticas de servicio de excelencia del hospital Christus Muguerza, si es que tienen políticas en ese sentido.
Desde temprano estuvimos atentos al desarrollo del procedimiento. También muy atentos al otro acontecimiento que se desenvolvía en la Ciudad de México. Mi hermana volvía a reventar arrojando al mundo a una tal Natalia.
La susodicha llegó al mundo con 3.300 kgs y unos nada despreciables 56 centímetros. Es increíble lo que la sangre puede hacer. Aún no conozco a Natalia y definitivamente la quiero como no he querido a nadie más en mi vida. Es una niña para la que solo deseo bendiciones y lo mejor que este mundo tiene que ofrecer. De pronto siento la ansiedad de hacer lo posible por privarla de cualquier cosa negativa con la que pudiera toparse y asegurarme que tendrá la vida más satisfactoria y feliz que un ser humano puede esperar.
La verdad es que Natalia eventualmente sufrirá. Lo hará porque su mamá un día no le va a poder complacer con el capricho del día o porque su papá no va a poder llevarla a donde tanto ha soñado. sufrirá cuando en la escuela repruebe su primer materia o sea molestada por otras niñas. Sufrirá, seguramente, cuando el niño que le guste en la secundaria no le haga caso, cuando en la prepa termine con su primer novio y le tome un par de semanas olvidarlo. Sufrirá cuando su madre, que no la entiende, le prohiba irse un fin de semana fuera de la ciudad. Sufrirá mucho más cuando le rompan el corazón otros dos o tres o cuatro tipejos.
La verdad es que sufrirá lo suficiente. Todos trataremos hacer lo posible por ahorrarle el sufrimiento evitable pero nos romperá el alma cada vez que derrame una lágrima por el motivo que sea.
Es increíble lo que hace la sangre. Bienvenida al mundo Natalia! No podemos asegurarte un mundo sin problemas y sin días obscuros, pero podemos garantizarte todo el amor que nuestra condición de humanos nos permite darte.
No he conocido tu cara, pero sé que cuando la vea, me impresionará tu belleza.
Mientras Natalia da sus primeros llantos, Meme se queja en el hospital en Monterrey y pide a gritos una taza de café. "Si no me dan café, me voy de aquí" dijo imperativamente después de la intervención. A sus 86 años, hay muy pocos caprichos que no le podemos cumplir. Él es el otro extremo. Mientras una hermosa niña abre sus ojos a la luz de la vida, nuestro sabio abuelo y padre batalla con las dificultades de un equipo deteriorado por el uso y el tiempo. Lo cuidamos tambien porque es nuestro pilar mas fuerte. Es él quien mantiene a esta familia unida y que nos ha habilitado a sentir también la emoción por la llegada de Natalia. Con él todo y sin él muy poco.
Es una ironía pero es lo natural. Unos vienen y otros van. Unos estrenan su ropita y otros, saben que el día de empacar los viejos trapos y seguir el viaje está cada vez más cerca. Los que nos quedamos aquí, gozamos de las bendiciones de Dios. Dios ahorca pero no aprieta. Se llevará a algunos, pero primero traerá pequeños ángeles a nuestras vidas que nos harán el camino menos doloroso.
Pero antes de hablar de viajes, espero ansioso estar con ellos juntos. Disfrutar de la sabiduría y el amor inagotable del viejo y la inocencia y ternura de los más pequeños.
Natalia y Meme han hecho de este día uno de los mejores en mi vida. Seguro llenarán muchos mas.
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